Solamente cuando bajamos revoluciones podemos reflexionar y ser capaces de mirarnos por dentro, es decir, de explorar nuestro corazón para conocernos y entendernos mejor.
Hace años se hizo popular un libro que después se hizo película, titulado «Comer, amar, rezar«, del cual me inspiré para nombrar esta columna dominical, agregándole dos tareas pendientes de todas las personas exitosas alrededor del mundo: aprender a dormir y descansar. Saber parar para recuperar las energías invertidas en las ocupaciones laborales es tan necesario para el ser humano como la acción de respirar, si se quiere tener una vida saludable y equilibrada.
Cuando se realiza con seriedad faenas para conseguir el mayor progreso para el país y los seres queridos, nos acostumbramos a vivir en tensión o en situación de mucha actividad que genera constantemente aumento de cortisol, la hormona que permite estar en máxima alerta. Pero el ser humano no está diseñado para vivir constantemente en este estado de tensión, según explica la experta psiquiatra Dra. Marian Rojas Estapé, autora del popular libro «Cómo hacer que te pasen cosas buenas«.
La Dra. Rojas E. aconseja aprender a descansar porque este ayuda a reflexionar en las cosas que valen la pena. Descansar o disfrutar del ocio productivo es el camino adecuado para recuperarse física, mental y emocionalmente, aduciendo que hacerlo bien abre la puerta al autoconocimiento y aprendizaje porque nos saca de la «zona de confort» en la que se cae al tener una rutina conocida diaria, fruto de un horario planificado para atender a la familia, la trabajo, el ejercicio, las negociaciones, etcétera.
Según muchos estudios neurológicos, el aprender a descansar es clave para cuidar el cerebro. Laborar sin parar no nos permite desconectar mentalmente durante la noche y esto repercute negativamente en el organismo y la capacidad de dormir.
Explica la Dra. Rojas: «Una mala noche y por tanto un déficit de sueño provocan fatiga y somnolencia; bajo rendimiento físico e intelectual, irritabilidad, trastornos del apetito, trastornos sexuales como disminución del deseo y la actividad sexual; dolores musculares por un aumento de tensión, entre otros efectos… Cada persona necesita una cantidad de horas de sueño diferentes; es recomendable llegar a conocer nuestro ritmo biológico para lograr un buen rendimiento al día siguiente. Se trata de conocer el funcionamiento de nuestro organismo.
¿Cómo saber si dormimos las horas necesarias?
Si durante la semana, el sueño dura unas 6 horas y durante el fin de semana llegamos a dormir 10 horas, esto significa que nuestro cuerpo ha necesitado recuperar horas de sueño. Es entonces el momento de replantearse los horarios; intentar aumentar las horas de sueño durante la semana, porque a la larga nuestro organismo lo cobra en el momento menos pensado y puede llegar a ser peligroso (accidentes de coche, estados de ansiedad crónicos etcétera).
Ya lo decía el griego Cicerón hace más de 2,000 años: «no considero libre a quien no tiene algunas veces sus ratos de ocio». La doctora Rojas aconseja aprender a frenar para ver, observar y disfrutar. Se trata de descubrir los beneficios de no hacer nada, que nos permite disfrutar de un paisaje, una obra de arte o de un libro por muchas horas. «Aprovecha una tarde de domingo y desconecta del teléfono y del reloj; usa el modo avión en casa, sin miedo a desatender una llamada, un mail, una noticia o un tuit… Corriendo no se percibe la belleza».
El descanso u ocio creativo es una necesidad, de acuerdo con el filósofo Josef Pieper, el cual apuntaba que «la falta de ocio, la incapacidad para realizarlo, está en correspondencia estrecha con la pereza; de la flojera es de donde procede el desasosiego y la actividad incansable del trabajar por el trabajo mismo».
Solamente cuando bajamos revoluciones podemos reflexionar y ser capaces de mirarnos por dentro, es decir, de explorar nuestro corazón para conocernos y entendernos mejor, de tal forma que podamos encontrar o recuperar el sentido de nuestra existencia y de lo que estamos llamados cumplir como misión única e irrepetible en el mundo, nuestro legado… ¡Felices vacaciones de agosto!
Columna de Opinión, La Prensa Gráfica, 31 de julio de 2022