En 1970, una bibliotecaria norteamericana se dio cuenta de que un grupo de jóvenes, entre ellos varios de sus amigos, querían quemar el edificio U.S. Information Agency del país extranjero en que ella trabajaba, para manifestar su protesta contra la guerra del Vietnam. En vez de contestar con violencia represiva legalmente justificable, ella invitó a los manifestantes a reunirse dentro de las instalaciones para realizar encuentros y dialogar sobre el álgido tema que les estaba indignando.
Esta mujer participó en el estudio que realizó el profesor David McClelland, de la Universidad de Harvard, quien entrevistó a varios miles de trabajadores considerados “superestrellas”, como la bibliotecaria, “con el propósito de averiguar cuáles eran los rasgos comunes que les caracterizaban y que explicaban su rendimiento óptimo en el trabajo. Halló que ese factor común era la inteligencia emocional, manifestada sobre todo en el trabajo en equipo y en la adaptación a los cambios”. Gerardo Castillo Ceballos, profesor emérito de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra.
Desde entonces, se ha abonado a esta tesis los estudios y publicaciones de Daniel Goleman, al sustentar con casos reales que muchos jóvenes lograron en la entrevista laboral su primer empleo, gracias a poseer las adecuadas competencias emocionales, que les permitieron tener más éxito laboral que otros competidores académicamente mejores.
Más recientemente, la tendencia se confirma con los datos de una investigación del Foro Económico Mundial (World Economic Forum 2016), que apunta que las 10 habilidades del trabajador del futuro son: Flexibilidad Cognitiva; Negociación; Orientación al servicio; Juicio y toma de decisiones; Inteligencia emocional; Coordinación con los demás; El manejo de personas; Creatividad; Pensamiento Crítico; Resolución de problemas complejos. Fuente:
¿Cuáles son las habilidades que todos los estudiantes necesitan para el 2020?
Para ser sostenibles, los CEO y dueños de negocios de hoy tienen el reto impostergable de transformar el ambiente laboral de sus organizaciones hacia uno más flexible, si quieren atraer (enamorar) y fidelizar a los trabajadores y profesionales del futuro (KNOWMADS o Nómadas digitales).
Las organizaciones no solo necesitan gente “disruptiva” sino personas capaces de adaptarse al cambio y afrontar diferentes culturas y situaciones con toda clase de audiencias y públicos. Por ejemplo, trabajar con un novedoso producto en un mismo mercado o país, pero con un equipo dirigido por otro jefe.
Se necesita transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje del sistema educativo nacional para que las habilidades de la inteligencia emocional sean sinérgicas con respecto a las cognitivas, de tal forma que se eduquen ciudadanos trabajadores “estrellas”. (D. Goleman).
Hay que reformar los programas de formación de trabajadores para que también contribuyan a desarrollar la inteligencia emocional de la actual fuerza laboral del sector empresarial para que pueda adquirir el perfil del trabajador del futuro, ya que, en 2030, los empleos que hoy conocemos habrán desaparecido y se necesitarán nuevos tipos de trabajadores.
El 60 % de los empleos que existirán requerirá de habilidades que solo el 20 % de los trabajadores tiene actualmente. El 33 % de los empleados reconoce no tener suficientes conocimientos para las tareas que desempeña actualmente. Las empresas de reciente creación no encuentran los perfiles que necesitan. Fuente:
¿España pierde talento? Las ‘startups’ tienen problemas para cubrir sus puestos de trabajo
Los empresarios debemos prepararnos para responder a la pregunta: ¿Están listos mis equipos de talentos para mostrar la imagen y actitud profesional del líder del futuro que necesitamos para ser exitosos en tiempos de incertidumbre?
Artículo de opinión publicado en La Prensa Gráfica, 22 de octubre de 2017
Un comentario sobre “Trabajadores Superestrella”