Este año se cumple el octavo aniversario de la edición del libro «HACIA EL BALANCE TRABAJO Y FAMILIA. Una guía de buenas prácticas«, que recopila 30 acciones en 10 empresas exitosas que quisieron aprender a facilitar el balance de vida, trabajo y familia de sus colaboradores de tal manera que pudieran convertirse en empleados felices, y, por lo tanto, más productivos e innovadores, indistintamente el tamaño del negocio, el país o el sector en que se apliquen.
Recuerdo una anécdota que sucedió en el primer paso para realizar la investigación que permitiera instalar dentro de las organizaciones la Responsabilidad Familiar Corporativa; resultó que, al entrevistar a cada uno de los dirigentes máximos o CEO de las 10 compañías, entre las preguntas que la experta la Dra. Patricia Debeljuh, investigadora argentina de la Escuela de Negocios del IAE, les hacía estaba la siguiente: «¿Cómo devuelven ustedes a los colaboradores a sus familias al final del día, quienes se los han prestado saliendo de sus hogares bañados, desayunados, alegres y deseosos de dar lo mejor? ¿Regresan los empleados motivados y satisfechos? ¿O frustrados, estresados, sin ganas de jugar con sus niños ni platicar con su pareja?»
Nunca olvidaré la expresión de sorpresa y admiración de los dirigentes, quienes se sintieron interpelados a transformar sus organizaciones, que ya eran sensibles a la calidad de vida de sus empleados, pero se les abría un panorama más humano.
Durante todo el proceso de estudio para hacer el libro con la experiencia de facilitar el balance de vida en las 10 empresas salvadoreñas, resultó evidente en las encuestas y entrevistas a los colaboradores, que la familia es el núcleo básico de la sociedad y el ente educador de personas. Cualquier fenómeno que ocurre en la familia tiene consecuencias a corto, medio o largo plazo en el ámbito de la vida social. Si la familia encuentra trabas para desarrollarse a plenitud, aumentará el riesgo de que sus miembros no puedan alcanzar el bienestar necesario y de que ello repercuta, tarde o temprano, en elevados costos individuales y sociales (deserción escolar, mala salud, delincuencia juvenil, violencia, miseria moral y material, falta de desarrollo socioeconómico, aumento del uso de alcohol y drogas, contaminación ambiental, soledad, abandono, maltrato de niños y ancianos, sufrimiento y corrupción).
Efectivamente, el tema salió a flote especial después de que ocurrió la crisis sanitaria global en la que tuvo el cierre parcial o total de establecimientos de negocios e industria en la mayoría de las ciudades del mundo por el covid-19. Durante el encierro repentino, los hogares se convirtieron simultáneamente en oficina, escuela, hospital, restaurante y residencia de familiares con extraños que no pudieron regresar a sus propios hogares. Se vivió en primera persona la trascendencia y valor de los trabajos de cuidado de los niños, ancianos y enfermos en las casas, así como de la importancia del buen funcionamiento económico de las empresas para el bienestar de las sociedades, indistintamente con su gente afanada en presencial o en remoto.
Cuando hicimos el primer piloto en 10 empresas, sus dirigentes, Alta Dirección y accionistas se envolvieron con el proyecto a tan a fondo, que se comprometieron con los representantes del sector privado, el Estado y la sociedad, con la OIT, ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL TRABAJO, como testigo de honor, a llevar adelante al menos tres acciones concretas en sus respectivas organizaciones, plasmadas luego en este libro o guía.
Esto significó un impacto positivo en el aumento de la productividad de estas, simultáneamente transformando la calidad de vida de más de 15 mil empleados propios, e indirectamente a 55,800 miembros de sus familias. La guía la pueden descargar gratis de la página web de la fundación www.emprepas.org.sv bajo el título: «HACIA EL BALANCE TRABAJO Y FAMILIA. Una guía de buenas prácticas«.
Cuando las empresas buscan facilitar el balance de vida de sus colaboradores, se pueden lograr en gran medida los 17 OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE de la ONU, avanzando con mayor profundidad en tres de los objetivos desde el sector privado: el número 5, igualdad de género; número 8, trabajo decente y economía; y el número 12, producción y consumo responsables, en el marco de la creciente tendencia en las empresas por una buena gobernanza, en especial, de una creciente conciencia de su papel como agentes de cambio en los entornos en que hacen negocios.
Felicito de nuevo a las 10 empresas: SIMAN, TELUS, DISAL, PIZZA HUT, GRUPO SAN NICOLÁS, UNIVERSIDAD FRANCISCO GAVIDIA, DAVIVIENDA, SURA (seguros), AEROMAN y DELSUR.
Columna de Opinión, La Prensa Gráfica, 26 de febrero de 2023