Capitalismo más humano, innovación y esfuerzo crean empleos

En vista de que en Latinoamérica el socialismo del siglo XXI se ha derrumbado por corrupción y agotamientos de ideas, parece que esto ha provocado que el capitalismo reaccione y corrija sus defectos.

«El capitalismo tiene la posibilidad de evolucionar y de adaptarse a nuevos escenarios, porque se configura dentro de un marco de libertades que estimulan las iniciativas de multitud de voluntades afanosas por mejorar. Es decir, dejar que las personas actúen como tales, sin aprisionarlas y sin amputarles las potencias que les permiten innovar. El hecho de que ya no pueda pensarse en una utopía socialista lleva de inmediato a considerar si en verdad el capitalismo es el camino para que la humanidad avance en su objetivo de conseguir un paradigma de libertad, avance económico, respeto a la dignidad de la persona, imperio de la justicia, etc.; es decir, sí es capaz de corregir cualquier situación anómala, pues el capitalismo se ha desarrollado mucho desde Marx» (Doctor Barto Roig, ingeniero industrial, filósofo, sociólogo y Catedrático de Política de Empresa del IESE de Barcelona, España).

El doctor Roig sugiere que en el mundo económico actual se da un postcapitalismo que presenta tres tipos de actitudes «que pueden considerarse como tipos humanos de referencia: el rentista, el emprendedor y el ejecutivo. La confusión marxista no supo hacer esta distinción. En su modelo solo había capitalistas y proletarios. El rentista es el que vive de las rentas del trabajo acumulado por sí mismo, por otros o por sus antepasados. El emprendedor es el que arriesga su profesión y sus ahorros para crear valor y puestos de trabajo, y el ejecutor es ese al que le gusta trabajar en asuntos útiles y que contribuyen a la generación del valor añadido. A estos se añaden los que no son ni empresarios ni ejecutivos, como ya dijimos, y procuran vivir sin esfuerzo, o tal vez estorbando el trabajo de los demás, y en cierta forma como parásitos a su costa«.

En el postcapitalismo, el sistema que llamamos de economía social de mercado no funciona del todo bien, según Roig, sin tres condiciones culturales indispensables en su población: De un modo simple las podemos llamar así: capacidad, honradez y responsabilidad. Milton Friedamn lo expresa del siguiente modo: «Uno de los requisitos para que un sistema capitalista funcione de una forma justa y eficaz es que exista un clima bien arraigado de confianza y fiabilidad en la palabra dada. La verdadera economía capitalista (que pienso nos falta profundizar en El Salvador) se basa esencialmente en que lo dicho y comprometido se cumplirá. Es decir, en que se den promesas y acciones concretas responsables. El engaño y la falta de responsabilidad de los agentes económicos (y políticos agrego yo) son demoledores del sistema de economía de libre empresa«.

Pienso que, ahora que arrancó oficialmente la campaña por las elecciones presidenciales, tenemos la posibilidad de evaluar a los candidatos a ser presidente y vicepresidente, analizando si son capaces de formar una sutil pero eficaz red de interconfianzas, que, según el doctor Roig, «es el tejido vital necesario donde se desarrolla la energía económica generadora de valor«. Para lograr esta red se necesita buena voluntad y una gran dosis de humanismo cristiano cívico en los partidos, las empresas, instituciones y en cualquier otro tipo de organizaciones en la sociedad. Carlos Calleja y Carmen Aída Lazo me parecen confiables para generar empleos de calidad para todos nuestros hijos e hijas.

Columna de Opinión, La Prensa Gráfica, 7 de octubre de 2018

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