5 cosas que debo platicar con mi hija sobre su imagen

Una relación de amistad entre madre e hija siempre es imprescindible para educar y formar en general el carácter único e irrepetible de cada joven, pero en el tema de la formación del buen gusto y del estilo personal, se vuelve crucial la comunicación y el ejemplo de la madre.

Imagen gracias a Blog De Familia, dos puntos
Imagen gracias a Blog De Familia, dos puntos

En las charlas como amigas, es conveniente intercambiar ideas sobre 5 aspectos de la imagen personal:

  1. Nuestro cuerpo comunica. A la hora de expresarnos con amigos, maestros, novio o personas a nuestro alrededor, nuestra postura, como nos sentamos, el tono de nuestra voz dice mucho de nosotros mismos y de qué queremos de la vida.
  2. Nuestro cuerpo es un templo sagrado que debemos respetar y cuidar. Muchos problemas de autoimagen (anorexia, bulimia) están ligados a una imagen equivocada que las niñas y jóvenes ven de sí mismas. A veces influye lo que otros opinan sobre su cuerpo o sobre su aspecto en general. En nosotros las madres está fortalecer su autoestima y  hacerlas sentir valoradas y bellas.
  3. El atuendo de una dama es el accesorio que resalta su elegancia interior. Nos invade la moda, pero esta no determinar nuestro estilo personal, sino que debe ser un parámetro para elegir qué usar de acuerdo a nuestra edad, cuerpo, estilo de vida. Muy importante será que le transmitas que hay prendas que están de moda, pero no van acorde a la escala de valores que tenemos.
  4. En el arreglo personal menos es más. Para vernos bien no necesitamos prendas de marca o que valgan mucho dinero. Es más importante saber llevar esa prenda, que puede ser sencilla, pero que con la actitud adecuada se ve mejor que cualquier ropa de diseñador. El mejor accesorio para cualquier ocasión es nuestra sonrisa.
  5. Todo a su tiempo. Las niñas serán siempre niñas, mientras nosotros les enseñemos que hay tiempo para todo, incluso para usar determinada ropa o estilo. Es chocante ver a niñas con ropa para adulto o usando incluso accesorios, zapatos o peinados que no van con su edad. El saber esperar, la paciencia, es una virtud que también podemos educar retomando este aspecto.

Nuestro aspecto y arreglo personal no solo nos hace ver bien, sino que comunica quiénes somos y nuestros valores. Si enseñamos a nuestras hijas a valorar su cuerpo y a saber comunicar lo adecuado, muchas cosas de su vida serán diferentes y su autoimagen será siempre positiva.

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