Revista ELLA – MARZO 2010
Cuidar y presentar una imagen personal elegante es una necesidad inalterable para conseguir nuestros sueños de forma efectiva. Por lo tanto, comprar en tiempo de crisis se convierte en un ejercicio de moderación que requiere mucha creatividad.
De hecho, los expertos en asesoría de imagen estamos de acuerdo que a la hora de formar un guardarropa inteligente, la clave es “Menos es más”, es decir, que se aconseja contar con pocas piezas pero fabricadas con materiales de buena calidad y excelente acabado de fabricación.
Estas ideas vienen en nuestra ayuda a la hora de comprar, pues nos puede suceder que el proceso de compras nos lleve a tener dos actitudes extremas: compradoras compulsivas (consumistas extremas que pueden llegar a ser “fashion victims” ) o “compradoras torturadas” (que odian comprar o solo pensar que tienen que ir a probarse ropa para elegir algo).
El resultado de ambas es el mismo: un closet lleno de piezas que no combinan entre sí, ni motivan a su dueña a innovar combinaciones de colores y estilos para responder cada mañana el dilema frente al espejo: ¿Qué me pongo hoy?
Responder a esta pregunta se refiere a qué prendas son adecuadas para lograr consolidar un estilo moderno pero sencillo que sea una herramienta de comunicación en el camino para lograr nuestras metas y objetivos, considerando que el lenguaje no hablado de la imagen personal dice más de cada una que las palabras. No hay que olvidar que tener estilo propio es diferente a seguir la tiranía de la moda, que es caduca, mientras que una vez que se conoce lo que funciona para el estilo, este se es permanente.
Para refrenarse de gastar frívolamente lo ideal es enfocarse en comprar ordenadamente: primero, planear su excursión a las tiendas con una lista y con el presupuesto en mente de cuánto va invertir. Luego, concéntrese en elegir prendas que le queden bien porque son la talla y estilo adecuado a su tipo de figura y porque van con su estilo de vida (es mama, tipo de profesión, clima, etc.) Y por último, seleccione la mejor calidad que pueda pagar para que la ropa se mantenga y le dure.