«Soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma».
El primer presidente negro elegido en Sudáfrica cuando ya era una nación democrática, Nelson Mandela, parece con sus palabras de hace años hablarle hoy al oído a los jóvenes del mundo. En especial a los de El Salvador, quienes han perdido el interés en la política, de tal forma que la mayoría expresa su descontento afirmando que no va a ir a votar o que si lo hace, van a anular la papeleta o para probar… }
Escuchemos lo que Madiba (apelativo cariñoso con que era conocido el exgobernante sudafricano) aconsejaba después de vivir la segregación obligada (apartheid) por el gobierno de minorías blancas en el poder: «He aprendido que el coraje y la valentía no son ausencia de miedo sino el triunfo sobre este». En especial pedía a los de la mayoría de raza negra de su país: «No te conformes con un vivir pequeñito; pues no existe pasión si te conformas con una vida y sueños por debajo de lo que eres capaz de alcanzar«.
«Que tus elecciones reflejen tus esperanzas, no tus miedos»…
El presidente Mandela trabajó desde joven por avanzar en su ideal democrático, aun a costa de pasar 27 años en la cárcel, de la cual salió convencido de servir a su patria, cumpliendo su promesa: «Cuando caminaba por el dintel de la puerta para salir hacia la libertad, me di cuenta de que, si no dejaba atrás toda la furia, el odio y la amargura, me encontraría afuera, pero todavía encarcelado interiormente«.
El pueblo de Sudáfrica, al igual que los salvadoreños, vivió el panorama cruel de inseguridad en la que el peor pecado era ser joven: un ámbito político-social enrarecido por la cizaña del resentimiento de clases, clima poco transparente, revuelto y amañado, pero Mandela decidió vivir a tope sus ideales: «Un ganador es un soñador que nunca se rinde… Siempre es tiempo (nunca es tarde) para hacer lo correcto«.
De la situación económica apuntaba Mandela: «La pobreza no es por accidente. Al igual que la esclavitud y el apartheid, ha sido ocasionada por acciones humanas, por lo tanto, puede también ser removida por acciones humanas correctas«.
Él enseñaba que para liderar nuestra vida se necesita ser un navegante que sabe claramente a dónde se dirige. Su cabeza siempre buscaba en su corazón los motivos para tener el anhelo necesario para abandonar la indiferencia, la frustración y la decepción. Por eso afirmaba: «He aprendido que el coraje y la valentía no son ausencia de miedo sino el triunfo sobre este».
El doctor Enrique Rojas, prestigioso psiquiatra español, define quién es un líder con pensamiento claro
«Inteligencia es la capacidad para captar la realidad en su complejidad y en sus conexiones. Inteligencia es capacidad de síntesis. Es saber distinguir lo accesorio de lo fundamental. Es el arte de reducir lo complejo a sencillo. Es claridad de pensamiento».
Invito ahora, ante los tiempos difíciles que nos está tocado vivir y que hacen que las personas quieran emigrar, a que nos preguntemos si estamos siendo lo suficientemente solidarios con las personas más necesitadas alrededor de nosotros y que nos piden una mano… Reflexionemos apoyados con esta frase de Mandela: «Una vez las personas están apoderadas para ayudarse a sí mismas, nada las detiene para alcanzar esa meta«.
Columna de opinión, La prensa Gráfica, 11 de noviembre de 2018