En un estudio con una muestra de 2,293 hijos e hijas nacidos entre 1976 y 1995, que viven con sus padres a los 18 y 19 años, se analizó si los padres dedicaban tiempo personal a las tareas del hogar cuando los niños tenían entre 8 y 11 años.
Los autores encontraron que la repartición de las labores de cuidado y labores domésticas de los padres, cuando los niños tenían esa edad “afecta positivamente la probabilidad de que los hijos varones participen en tales tareas”… Fuente: Estudio: “La transmisión intergeneracional de roles de género: la contribución de los niños al trabajo doméstico en Alemania”.
Actualmente, y gracias en gran parte a la generación de trabajadores talentos milenios, los padres varones comienzan a tener cada vez más un papel destacado; para solventar los estigmas de ayudar ellos también a encontrar su propio equilibrio de vida, familia y trabajo, disfrutando con sus roles de padre y esposo que antes les eran vedados por prejuicios culturales. Ahora se ve mayor presencia de hombres en las puertas de los colegios (Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social, Lamas & Pedrosa, 2009, pág. 17).
Se requiere, pues, formar una cultura nueva que fomente la corresponsabilidad, cooperación y complementariedad entre los varones y mujeres, en todos los sectores de la sociedad, no solo para romper el techo de cristal que impide llegar a las mujeres a la alta dirección de las empresas y el Estado; sino para que las familias puedan cumplir mejor con su tarea de cuidado y bienestar de sus miembros.
Efectivamente, el deseo de hombres y mujeres por alcanzar una vida sana y equilibrada requiere una vuelta de toda la sociedad a revalorizar el hogar como lugar de cuidado, encuentro y servicio a los demás.
Esto contribuye a que sea más fácil que todos los miembros del hogar se empoderen y sientan como suya la familia y las tareas de esta, de tal forma que las mujeres puedan sentir el apoyo y la cooperación de ellos, con las faenas de la casa.
Globalmente, y en el día a día, las mujeres se esfuerzan por vivir y realizar tareas en forma “multitasking” en los cuatro ámbitos de desempeño humano: hogar, empleo, la comunidad (trabajo solitario o cultural) y crecimiento personal. Por lo que responder a su necesidad de encontrar equilibrio para tener paz y ser feliz, es una aspiración no solo femenina sino humana, que comparte con el varón, en el cual cada vez ha de involucrarse.
Para el caso de El Salvador, las mujeres dedican 9.2 horas al día para trabajar fuera y dentro del hogar. Mientras que los hombres solo complementan 8.6 horas para esas mismas tareas. En conjunto, las mujeres ocupan el 86 % del tiempo necesario para las tareas del hogar, dentro de las cuales se encuentra el cuidado de los miembros de la familia en situación de dependencia (niños, ancianos y enfermos). (Quinteros, 2016, pág. 8).
Estos avances hacia la equidad de género, y el aumento de períodos de descanso del papá con sus hijos, son ocasiones oportunas para reflexionar cómo mejorar el apoyo a ambos padres en las familias; sobre todo colocando el acento en el rol del varón en su paternidad. Feliz Día del Padre. Agradezco a Dios por haber tenido a mi padre (que está en el cielo) y por tener ahora al esposo de mi madre.
Columna de opinión, La Prensa Gráfica, 10 de junio de 2018