El sonido de los aplausos fue unánime al final de la conferencia internacional impartida hace unos días en ANEP sobre «El nuevo liderazgo flexible en la revolución 4.0«, por la doctora Mireia Las Heras, directora del Centro Internacional Trabajo y Familia, de la Escuela de Negocios IESE de Barcelona.
Efectivamente, todo el salón lleno de líderes empresariales y sociales estuvo de acuerdo con la acertada frase que se escuchó sobre la gestión de equipos talentosos señalando que «el futuro del trabajo, de la familia y de la sociedad será femenino y masculino», enfatizando la urgencia de conseguir novedosas maneras de relacionarse entre las personas.
Muestra de esta forma de dirigir organizaciones fue el testimonio de League (Centroamérica), una maquila exportadora liderada por dos emprendedores, Graciela Font de Bolaños y Rodrigo Bolaños, quienes además son esposos. Ellos juntos han logrado el éxito a través de la valoración y puesta en práctica de una cultura de inclusión y diversidad, que les ha permitido hacer sinergias entre lo que aporta la mirada de una mujer y lo que aporta un varón, obteniendo soluciones creativas en los servicios y productos de calidad global que exportan, aumentando la productividad y sostenibilidad de la compañía.
La historia de los amigos y colegas Graciela y Rodrigo sirvió de marco para que la doctora Las Heras desarrollara una herramienta de diagnóstico para calcular el grado de flexibilidad en una empresa, que ya ha sido implementada en las empresas en muchos países de los cinco continentes, midiendo tres dimensiones: liderazgo, políticas y cultura que además faciliten el balance de vida, familia y trabajo de los empleados.
Ella contó que desde el Centro Internacional del Trabajo y Familia del IESE se acuñó el concepto de la Responsabilidad Familiar Corporativa, entendido como «el compromiso de la empresa para fomentar una cultura, unos valores, un liderazgo y unas políticas de empresa, que faciliten la integración trabajo-familia, de modo que tenga un resultado positivo sobre la empresa, sobre los empleados y sus familias y también sobre la sociedad, ya que las empresas tienen un impacto sobre esta, generando un entorno donde las personas puedan aportar socialmente, cuidar de sus hijos y de sus mayores, educar a las personas que tienen a su cargo, etcétera«.
Según el último estudio global sobre Responsabilidad Familiar Corporativa IFREI, el 70 % de los empleados desearía que se facilitara más y no se discriminara a las personas que buscan el equilibrio, porque además de ganar ellos en calidad de vida, se aumenta en 19 % la productividad laboral.
La cuarta revolución industrial y la era digital están forzando, aquí y ahora, que los negocios sean llevados al siguiente nivel de reinvención, migrando hacía diferentes formas de gestionar a los talentos a través de un liderazgo flexible, el cual requiere de aquellas competencias gerenciales que les permitan pensar, actuar y sentir en forma más humana, abierta, empática y colaborativa.
Un ambiente laboral productivo se obtiene abriendo y gestionando espacios para que mujeres y hombres aprecien trabajar juntos, pues «cuando los individuos sienten que pertenecen al grupo y son valorados por su perspectiva y habilidades únicas, son más cooperativos e innovadores«. Anna Beninger , directora investigadora de compromiso corporativo en Catalyst, para ayudar a construir lugares de trabajo competitivos.
Columna de Opinión, La Prensa Gráfica, 19 de agosto de 2018