Poco a poco estamos regresando a trabajar y estudiar en los lugares físicos en que lo hacíamos originalmente, ya sea en modalidad mixta de asistir tres veces en las oficinas y el resto «home office»; o con equipos totalmente con trabajo a distancia.
De acuerdo con psiquiatras de la clínica de la Universidad de Navarra, España, «la ansiedad es una emoción normal que se experimenta en situaciones en las que el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno. Habría que diferenciar entre miedo (el sujeto conoce el objeto externo y delimitado que le amenaza y se prepara para responder) y ansiedad (el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta)...»
¿Cómo podemos parar los pensamientos de ansiedad y ser más productivos ahora que regresamos a laborar después de que pasamos encerrados por largos meses?
Antes del encierro por la pandemia del covid-19, la frase más frecuente era: «no tengo tiempo». Andaba ya la gente corriendo y con un estilo de vida estresado, de tal forma que ya teníamos ansiedad acumulada…. En eso, paramos de golpe, pero la inercia continúa y con ella el miedo aparecieron en escena confrontándonos con nuestra vulnerabilidad, según explica Andrea Saporiti, biomédica de la Universidad Austral (Argentina), en sintonía con la sicoterapeuta Annie Armstrong Miyao.
Entre los consejos de ellas y mi experiencia
1) Separar horario y espacio de trabajo y familia. Tener computadora personal y otra de la oficina. Desconectar las notificaciones del teléfono después de las 6:00 p. m. y en fin de semana; no contestar correos electrónicos al llegar al hogar. Hacer descansos cada dos horas en horario laboral.
2) Enfocarse en el día y en el momento, haciendo lo que corresponde. Esto ayuda a no dejar que la imaginación presente panoramas de miedo apocalíptico. Seguir las tres indicaciones sanitarias es más que suficiente: mascarilla, distancia social y lavarse las manos.
3) Ante los síntomas de ansiedad, tratarse compasivamente a sí mismos, con auto cuidado: jugar con los niños y con las mascotas, hacer ejercicio, caminar por el parque, abrazoterapia familiar.
4) Ponerle nombre al miedo que no se vuelva estado de ansiedad permanente, porque se reconoce la fuente, empezando con decirse: «tengo ansiedad», así que voy a descansar y moderar el nivel de ansiedad. No es lo mismo preocuparse por tener que cocinar o entregar una tarea del trabajo, que por un pariente que entra en respiración artificial por covid. Ayuda mucho dibujar o pintar la ansiedad, el miedo o la preocupación.
5) Trate de tener un horario fijo y rutinas diarias, ya que dan serenidad.
6) Utilice la imaginación para viajar a lugares hermosos y recuerdo lindos, ya que permite distraer y combatir la ansiedad con sentimientos positivos y agradables.
7) Maneje los pensamientos negativos y de crítica como si fueran un tren que se acerca, al cual le dejaremos pasar, en vez de subirse en uno de sus vagones.
8) Descubra qué acciones, lugares o amistades ayudan a sentirse bien. Busque a su persona vitamina, aquella que le da energía positiva.
9) Trátese a sí mismo como si fuera su mejor amigo, tanto en pensamiento como en su corazón: no se insulte mentalmente ni se prive de sueño o comida saludable.
10) Practique meditación o rituales religiosos y ore a Dios, con una relación personal.
Es un hecho señalado por expertos que se ha elevado la ansiedad tras la crisis sanitaria global, la cual es «es una amenaza de gran proporción tanto para la salud física como para la salud mental y el bienestar de sociedades ehttps://www.paho.org/es/documentos/covid-19-intervenciones-recomendadas-salud-mental-apoyo-psicosocial-smaps-durantenteras…«. (OPS/WHO y PAHO, Intervenciones recomendadas en salud mental y apoyo psicosocial durante la pandemia de COVID-19, junio de 2020).
Columna de opinión, La Prensa Gráfica, 16 de mayo de 2021