La ética es la ciencia que estudia el impacto de la acción en la persona que la realiza: la puede hacer mejor o peor ser humano. No se trata de un estado emocional efímero, sino de un serio empeño por buscar la realización completa del potencial humano mediante la constante práctica de virtudes morales e intelectuales. Esta ley viene dada en la naturaleza de las cosas. Por lo tanto, en el caso de las personas, las normas no son externas, sino que surgen del propio ser humano. (1)
Una visión integral de la ética considera que, al pensar sobre la bondad o maldad de una acción individual, hay que hacerlo utilizando tres lentes: los bienes (los resultados externos e internos en la persona), las normas (principios, valores y normativa) y el impacto en el carácter (si nos mejora o empeora con aprendizajes positivos o negativos). En el caso de los bienes, se trata de conseguir resultados buenos (el bien). Con relación a las normas, se trata de saber qué es lo correcto y hacerlo, fundamentados en estándares o principios éticos previamente establecidos, aplicando la prudencia al elegir actuar. En los efectos de las acciones se ha de considerar la formación y crecimiento del carácter, de tal manera que la acción elegida permita crecer hacia nuestra mejor versión como personas y en humanidad. Se trata de averiguar en qué clase de ser humano me convierto a través de las acciones y hábitos buenos que luego formarán las virtudes. Se ha de evitar considerar la adquisición de virtudes como último fin, para no caer en la caracterología. (2)
Solo cuando tratamos de vivir la integridad como dirigentes de un emprendimiento o de una gran organización podemos hablar de ética en las empresas: “Decimos que una persona es íntegra cuando su comportamiento se rige de forma consistente por una serie de principios moralmente valiosos, incluso en circunstancias adversas. La integridad se pone a prueba especialmente en situaciones en que resultaría fácil y justificable dejarse llevar por otras motivaciones: falsificar unos datos porque nadie se va a dar cuenta; ofrecer una cantidad de dinero para obtener alguna ventaja porque todo el mundo lo hace; aprovecharse de la posición que uno tiene para sacar algún beneficio personal porque me lo merezco”. (3)
La integridad tiene tres dimensiones en las cuales se ha de vivir la coherencia:
“1. Integridad en lo que pensamos. La integridad empieza por unos valores bien definidos, que se traducen en unos objetivos últimos claros. A una persona que no se mantiene fiel a unos valores y se mueve según las ventajas de cada ocasión la calificamos de oportunista. Pero tampoco hay que confundir la integridad con posturas rígidas o intolerantes, que pueden derivar en el integrismo. Los valores hay que entenderlos como ‘principios fijos de acción’, no como ‘principios de acción fija’.
2. Integridad en lo que decimos. Una condición necesaria de la integridad es la veracidad. Difícilmente diremos que alguien es íntegro si no dice las cosas como son o expresa cosas distintas de las que piensa. La falta de veracidad daña profundamente la confianza, algo que se debe tener muy presente en la comunicación interna y externa de la empresa.
3. Integridad en lo que hacemos. Una persona íntegra cumple lo que anuncia, sin fisuras entre sus palabras y sus actos. Es lo opuesto a la doblez, que consiste en decir una cosa y hacer otra, y que puede deberse tanto a una voluntad débil como a una intención viciada desde el inicio (se prometió algo que no se pensaba cumplir)” (4).
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(1) Cfr. Fontrodona, J., Guillén, M., & Rodríguez, A. La ética de los negocios en la encrucijada. Cap. I. Barcelona: IESE Business School, 2010.
(2) Cfr. Fontrodona, J., Guillén, M., & Rodríguez, A. La ética de los negocios en la encrucijada. Cap. I. Barcelona: IESE Business School, 2010.
(3) IESE Business School. “Cultura empresarial positiva: claves”. IESE Insight. Disponible en: https://www.iese.edu/es/insight/articulos/cultura-empresarial-positiva-claves/
(4) Fontrodona, J., & Sanz, P. “Cultura empresarial positiva: claves”. IESE Insight. Disponible en: https://www.iese.edu/es/insight/articulos/cultura-empresarial-positiva-claves/
Columna de Opinión, La prensa Gráfica, 21 de diciembre de 2025

