El título de esta columna se refiere a buscar las tres “As” en las entrevistas para contratar a alguien: ACTITUD, APTITUD y ATRIBUTOS. Estas habilidades son necesarias para formar a los futuros empleados que puedan autoliderarse, según le escuché hace años a una respetable head-hunter (captadora de talento para empresas). Ella quiso resumir que, en las relaciones laborales empleado-empleador, ambas partes han de estar claras en que “el conocimiento se puede adquirir de alguna forma, pero que se espera una actitud adecuada desde la entrevista y al unirse a la empresa”.
Efectivamente, los tres atributos o rasgos mencionados se buscarán porque anticipan en los candidatos que practicarán aquellas cualidades y comportamientos que permiten crecer en humanidad y en excelencia, de tal manera que usen la IA como una herramienta y no como una compensación. Estar en posesión de las tres “As” habilita a cada uno de nosotros a ser dueños del potencial humano y resguarda el florecimiento personal y profesional a medida que ocurre el avance tecnológico, sea cual sea el nivel de su función: desde cualquier puesto de trabajo, por muy sencillo que sea, hasta el nivel de ejecutivos y directores. (Ideas del libro Beautiful Leadership, de la colega Dawn Stallwood).
Ahora vuelvo a recordar las conclusiones de los más prestigiosos institutos académicos y organismos económicos del mundo acerca del futuro del trabajo y las habilidades requeridas, así como la actitud correcta para navegar los retos de la IA y las nuevas formas de trabajar que se entrelazan en una misma empresa: híbridos, presenciales y remotos. Todos coinciden en la urgente necesidad de reentrenar y capacitar a los trabajadores propios, en especial a los jóvenes. Según el Foro Económico Mundial (FEM), las diez habilidades que serán más demandadas, al menos hasta 2025, serían:
- Pensamiento analítico y de innovación.
- Aprendizaje activo y estratégico.
- Resolución de problemas complejos.
- Pensamiento crítico.
- Creatividad, originalidad e iniciativa.
- Liderazgo e influencia social.
- Uso de la tecnología.
- Diseño y programación de tecnología.
- Resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad.
- Razonamiento y resolución de problemas.
Por mi trabajo de asesora de marca personal y profesional, he sido testigo de los requerimientos que buscan mis clientes en los aspirantes para enfrentar los desafíos actuales dirigiendo las organizaciones con sabiduría y talento. Por eso creo que es crucial encontrar en el carácter y la actitud los principios y criterios humanistas que les permitan acompañar a sus equipos y conseguir metas sin saltarse la ética. La persona ha de estar de acuerdo con que:
- Liderar equipos no es tarea despótica.
- Dirigir bien se fundamenta en la idea de que se manda a hombres y mujeres libres, que tienen iniciativa y han de querer obedecer. En cambio, mandar esclavos carece de interés.
- Un líder que no se preocupe por elevar la motivación del colaborador reduce la suya a un nivel mínimo.
- Ha de actualizar las potencialidades de sus trabajadores, para lo cual es prerrequisito su propia formación y la mejora de sus propios motivos (Aristóteles; Polo & Llano, 1997).
- Quien manda tiene una gran responsabilidad de ser formador (coach), le guste o no, de otras personas, sobre las cuales siempre influye positiva o negativamente (Aristóteles; Pérez López).
- Deberá conocer bien a su gente para entender qué necesita mejorar técnicamente y qué lo motiva (Aristóteles; Pérez López).
- La remuneración ya no es el principal criterio de permanencia en una empresa ni de selección de un puesto de trabajo, sino la posibilidad de llevar todos los roles familiares y metas personales en balance con el progreso laboral.
Según expertos académicos, la necesidad de contar con un liderazgo flexible dentro de las organizaciones permite un mayor bienestar en la vida de los colaboradores y sus familias al contar con tiempo para sí mismos y sus seres queridos (Dra. Patricia Debeljuh).
El consejo de contratar por la actitud, por sobre el conocimiento, se vuelve más relevante al momento de seleccionar líderes de la alta gerencia. Una pregunta que permite conocer sus motivaciones y motivos para liderar es conocer su definición de trabajo. A mí me inspira mucho esta definición: es una “Noble Fatiga Creadora”, porque engloba las riquezas y repercusiones de este fundamental deber y derecho humano. La acción de trabajar tiene repercusiones y significados inmensurables: dar testimonio de la dignidad personal, posibilitar el desarrollo y crecimiento de la personalidad, fortalecer los vínculos de unión, proporcionar fuente de recursos, convertirse en el mayor puente para contribuir a la mejora de la sociedad y generar progreso sostenible para todos.
Columna de Opinión, La prensa Gráfica, 5 de octubre de 2025

