Metaverso: Reinventar la imagen profesional virtual y real

Es apasionante ser testigo de la revolución de internet por la aparición del Metaverso por las implicaciones en el mundo empresarial al cambiar la forma de conducir las negociaciones, entre otras cosas por la necesidad de nuevas fórmulas económicas, ocasionada por el aparecimiento de la Fintech, la firma digital, el aumento del entretenimiento con videojuegos, realidad aumentada, el DATA; la mayor frecuencia de reuniones virtuales; los NFT, las criptomonedas; la tecnología Blockchain, la compra de propiedades en el Metaverso; aumento de las noticias falsas (fake news), etcétera.

Desde la perspectiva de mi área de trabajo centrada en la marca personal y la imagen profesional, me planteo varias cuestiones: ¿Cómo formar en ética profesional a los jóvenes que crearán emprendimientos? ¿Cuál será la imagen y etiqueta en un ambiente de negocios híbrido, offline y online? ¿Cómo proyectar las habilidades y conocimientos profesionales del futuro adecuados a los empleos del mundo virtual para competir con ventaja? ¿Cómo proyectar una imagen de líder y una actitud de mando en un mundo virtual? ¿Cuál es la mejor manera de comunicar información verdadera y descubrirla en las redes e internet?

Desde hace varios años se viene hablando que la Cuarta Revolución Industrial y la Transformación Digital será ganada por aquellos que puedan humanizar la tecnología porque podrán aportar a los nuevos mundos virtuales, incluyendo el Metaverso y sus nuevos modelos económicos, lo que solo las personas pueden aportar sobre la potencia y rapidez de los robots: el humanismo.

Los clásicos greco-romanos tienen mucho que decir a los empresarios sobre ser mejores humanos en cualquier circunstancia, sea en los negocios o la vida en general, aconsejando esforzarse por jugar limpio en toda circunstancia, lo que significa luchar por ser coherente en vivir la justicia, la fortaleza, la templanza, la prudencia, obrando en conciencia, de tal forma que se construya el prestigio personal a través de la consistencia de conductas éticas, ya sea en contratos offline u online.

Entre las luces de era de la Transformación Digital y la Cuarta Revolución Industrial es que se puede agregar valor a nuestro negocio al poder interactuar directamente con todas las audiencias de este, logrando mejores y mayores relaciones cercanas con los beneficiarios y clientes, para aumentar las oportunidades de cerrar relaciones comerciales, a través de conocer de cerca las tendencias de consumo y creencias de los compradores y usuarios directos o indirectos. La creciente densidad de las conexiones digitales está redefiniendo las fronteras de la competencia y las fuentes de valor para el cliente.

Así mismo, el respeto a la integridad personal e imagen pública, fuera o dentro de internet, es un derecho humano, consecuentemente, se vuelve un deber ciudadano defender las libertades de expresión, de prensa, opinión o credo, de cualquier ser humano. La mayoría de las legislaciones a nivel global aseguran que toda persona es merecedora de confianza y honra de entrada, y que es inocente hasta que se demuestre lo contrario.

La era digital necesita por parte de los dirigentes que revalúen los valores éticos que han permitido prosperar las culturas a lo largo de la historia humana. Se hace necesario una combinación de estrategias y cambios en las estructuras y prácticas de las organizaciones en las cuales «los líderes deberán desempeñar nuevas funciones que, a su vez, requieren nuevas habilidades. La imagen y actitud del líder digital trasciende los cargos, pues implica un cambio radical de mentalidad.

A partir de las conversaciones mantenidas con directivos y el análisis de una serie de casos, se sintetizan las cinco habilidades imprescindibles para liderar la transformación digital (Sandra Sieber, Evgeny Káganer y Javier Zamora, IESE Business School):

1. Aportar visión, pero delegar.

2. Dejar margen, pero liderar.

3. Ser prudente, pero disruptivo.

4. Apoyarse en los datos, pero confiar en la intuición.

5. Ser escéptico, pero abierto de mente.

Columna de opinión, La Prensa Gráfica, 8 de mayo de 2022

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