Con sorpresa he conocido la noticia de que META, empresa dueña de FACEBOOK e INSTAGRAM, ha reclutado sigilosamente a un importante grupo de ingenieros talentosos de diversas empresas líderes en IA, entre ellas OpenAI, Google (DeepMind), GitHub, ScaleAI, ofreciéndoles paquetes salariales exorbitantes y acceso ilimitado a chips de última generación, según recientes publicaciones en medios informativos especializados (Enlace). Al leer la manera en que estos genios dejaron sus respectivos negocios exitosos, me pregunto adónde fallaron los dirigentes de esas organizaciones expertas en inteligencia artificial para no ser capaces de retener a sus genios o, con otras palabras, qué cualidades vieron en Mark Zuckerberg, el fundador de META, que les proyectaron confianza para seguirlo en la visión para crear al nuevo equipo de superinteligencia del mundo.
Independientemente de las razones que tengan unos y otros, pienso que el tema de la confianza en quienes dirigen es parte importante para atraer y retener a gente talentosa, así que desde 1999 me ha ilusionado mucho sentarme a investigar, pensar y trasladar al papel aquellas ideas que pueden servir a quienes leen esta columna sobre los valores humanos detrás de las habilidades de comunicación y sociales para ser confiables ante los demás. Cada jueves o viernes transformo vivencias y aprendizajes en una columna dominical con el deseo de acompañar e inspirar a quienes buscan crecer. Escribir se ha convertido en un ritual donde la pasión y el compromiso se entrelazan, impulsados por la convicción de que toda persona puede dejar una huella positiva si desarrolla una presencia basada en la confianza.
A lo largo de las décadas, he sido testigo de cómo la confianza es el elemento esencial para sobresalir y conectar. En la era digital y global, una presencia de confianza no es solo un activo: es la base sobre la que se construye una trayectoria consistente. Para lograrlo, reinventarnos y fortalecer nuestra marca personal, cuidar la imagen profesional y asumir con convicción el rol de embajadoras o embajadores de la empresa son pasos fundamentales. Efectivamente, estas ideas han sido el hilo conductor desde los contratos iniciales de quienes me contrataron: el de reconocer el poder de tener habilidades de comunicación no verbal y de las competencias sociales como elementos esenciales de la presencia confiable del líder que necesitan las organizaciones para enfrentar los retos de la Era Inteligente en que nos encontramos hoy. Quisiera sintetizar algunas claves resumidas sobre estos tres aspectos que los comparta a continuación:
Marca personal: confianza desde la autenticidad
Reinventar la marca personal es un proceso continuo de autodescubrimiento y adaptación. No se trata de proyectar una imagen idealizada, sino de comunicar con verdad quiénes somos, lo que valoramos y hacia dónde vamos. Cuando mostramos autenticidad y coherencia, las personas confían en nuestro criterio y en nuestra capacidad de generar valor genuino. Cada columna busca ofrecer herramientas para que este proceso sea no solo posible, sino inspirador.
Imagen profesional: la coherencia que inspira seguridad
La imagen profesional es el reflejo visible de nuestra integridad y credibilidad. Cuidar cómo nos presentamos a nivel personal y digital es clave para transmitir seguridad. La congruencia entre lo que decimos, hacemos y representamos genera respeto y abre puertas. Al reinventar nuestra imagen, fortalecemos la confianza de quienes nos rodean y facilitamos relaciones profesionales duraderas.
Embajadores de la empresa: confianza que trasciende lo individual
Asumir el papel de embajadora o embajador de la organización donde colaboramos implica llevar su esencia fuera de sus muros. Representar valores, cultura y visión con integridad convierte a cada integrante en un canal de confianza. Cuando las personas colaboradoras se convierten en referentes de su empresa, fortalecen la reputación colectiva y generan un círculo virtuoso de reconocimiento y oportunidades.
En suma, la construcción de una presencia de confianza es el cimiento para el crecimiento profesional y personal. Cada domingo, con cada palabra escrita, renuevo mi compromiso de aportar desde la humildad algunas guías para guiar a quienes buscan reinventarse para construir su mejor versión y proyectarla, recordando siempre que la confianza no es solo un valor: es una práctica diaria, cultivada a través de la marca personal, la imagen profesional y la forma en que representamos a la empresa en la que creemos. Gracias por leer este espacio de reflexión cada semana.
Columna de Oinión, La Prensa Gráfica, 06 de julio de 2025

