Claves para ser felices en el trabajo

– “¿Qué tal te sentís en tu trabajo? ¿Cómo va la cultura de confianza y bienestar en tu empresa?”
Estas son algunas de las inquietudes frecuentes en las conversaciones con amigos y compañeros en las celebraciones de graduación, (ya sea del máster o del diploma de carrera), o en las de esta época de fin de año del trabajo.
Por lo que me gustaría comentar tres claves en forma de preguntas para diagnosticar si mi gente y yo estamos contentos al trabajar:
1. ¿Estoy claro al reconocer cual es mi verdadera dignidad? Cuando caemos en la cuenta del grandísimo valor de cada ser humano, podemos tener una autovaloración sana y estable ya que la consecuencia de concluir esta verdad que ya los sabios griegos como Aristóteles la descubrieron desde antes del Imperio Romano, se manifiesta tanto en el respeto por sí mismos asi como el de los otros, manifestándolo principalmente con el servicio a los demás, ya sea en el ámbito familiar como el laboral, social, etc. Profundizando en quien es la persona humana, según Leonardo Polo, “esta es dar y aceptar. Respecto de cosas, la persona es más dar; respecto de personas es más aceptar. Ello es así porque una persona es más que las cosas, por eso, su clave respecto de ellas es aportar. En cambio, respecto de otras personas uno no es necesariamente más y, además, se enriquece más aceptándolas que aportándoles, es más, el aportar es segundo respecto del aceptar.
Si no se acepta, sobra la entrega, más aún, si no se acoge, no cabe entrega. Lo esencial en la persona es aceptar. Aceptar no es pedir, al pedir se piden cosas, al aceptar se aceptan personas.
2. ¿Me hago cargo que debido a mi alta dignidad cualquier acción externa o interna tiene repercusión en mí, ya sea para mejorar o empeorar? Efectivamente: con cada conducta buena, recta y con calidad al llevar a cabo cualquier trabajo, sea en el hogar o en la empresa o en la escuela (universidad), investigando, etc., conduce a un crecimiento intrínseco referido a la inteligencia y a la voluntad, es decir que la mejora o crecimiento va a dar como resultado la formación de buenos hábitos, es decir, virtudes. Asi como tambien una conducta mala, torcida y mediocre afectaría un deterioro intrínseco referido a la inteligencia y la voluntad, generando vicios. Ya lo mencionó antes el gran filósofo Aristóteles, cuando subrayó que la virtud era necesaria para conseguir la felicidad, ya que, según los niveles del tener, si nos centramos en la posesión sólo de bienes materiales (excluyendo los espirituales, intelectuales, sociales, culturales, nos condenamos a la posibilidad de infelicidad, debido a que la intensidad de posesión de dichos bienes es débil y por tanto podemos perderlos.
3. ¿Cuál es mi definición de éxito en la vida? La respuesta a esta pregunta, según el filósofo Leonardo Polo es crucial ya que “la claridad en este punto es sumamente importante cuando se trata de orientaciones o de actitudes ante la vida. Aquí se juega uno mucho. Si el horizonte de las posesiones se reduce a las tenencias manuales, el empobrecimiento humano es muy grave. Se ha renunciado, en definitiva, a la felicidad. El que no tiene virtudes no es feliz porque, aunque no le fallen los bienes materiales, si falla él al usar de aquellos, no podrá ser feliz.
Al contrastar nuestra situación actual pensando en el propio trabajo y al de nuestra gente contra estas tres claves, se podría llegar a diagnosticar como estamos y para luego crear un plan de acción para encarrilar las propias decisiones hacia poder crear o buscar las circunstancias que permiten alcanzar mejor la felicidad en el trabajo. ¿Se anima a preguntarse?


1- Las ideas compartidas en esta columna provienen del documento “Trabajo de antropología: El trabajo personal balance de vida trabajo y familia”, presentado en la catedra de la Dra. Genara Castillo, Universidad de Piura, Perú, por el equipo de maestría formado por Marlen de Jerez, Roger Falconi y Kalena de Velado. El contenido se fundamenta en el artículo Trabajo Personal, relacionado con el libro “Antropología para inconformes”, Capítulo XII, de Juan Fernando Sellés, Madrid, Rialp, 2006, pp. 454-490.
2- POLO, Leonardo, Filosofía y economía, op. cit., Eunsa, Pamplona, 2012, p.237.

Columna de Opinión, La Prensa Grafica, 8 de diciembre de 2024

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