Cuando un hombre o una mujer se presentan ante los demás en cualquier circunstancia (pensemos una reunión importante de amor o de trabajo), se halla ante la posibilidad de convertir esa circunstancia en una oportunidad para impactar positivamente a quien se encuentra en esa cita, logrando con ello establecer un ambiente de buena voluntad, confianza y creando posibilidades de avanzar en el logro de las metas preestablecidas para ganar-ganar. De allí la importancia de construir y cuidar la marca personal.
La marca personal es un arte y una ciencia que tiene como objetivo armonizar la presencia o imagen visual humana, el uso de la moda (el cuerpo y sus gestos) con la intimidad o corazón de la persona, de tal forma que pueda conocerse como un regalo para el universo para luego aceptarse, amarse y brindarlo como don a otros con toda su belleza, bondad y verdad de quien es: un (a) hijo (a) original e irrepetible de Dios.
Reinventar la imagen o marca personal es parte del proceso de cuidarla, lo que hace necesario estar pendientes de la moda y sus tendencias para facilitar las decisiones de cuál y cómo usarla adecuadamente dependiendo de la ocasión, clima y audiencias, sean virtuales o presenciales. Siendo la moda una herramienta que ayuda a reinventar la imagen visual, el objetivo es cambiar algún detalle para crear un gran impacto: por ejemplo, la forma de llevar una misma prenda de diferente forma, experimentar nuevos colores, peinados, accesorios.
Ahora vemos que ha surgido la moda sostenible la cual tiene un enfoque en la industria textil y en el diseño que busca minimizar el impacto ambiental y social negativo de la producción y consumo de ropa. Este enfoque incluye prácticas que promueven el uso de materiales y procesos respetuosos con el medio ambiente, condiciones laborales justas y la reducción de residuos. La moda sostenible utiliza materiales ecológicos, que requieren menos recursos y generan menos contaminación en comparación con los materiales convencionales. Busca minimizar el uso de agua, energía y otros recursos naturales en el proceso de producción, lo que contribuye a la conservación de estos recursos para futuras generaciones, así como fomentar la innovación en materiales y procesos, impulsando el desarrollo de nuevas tecnologías y prácticas que pueden ser beneficiosas para toda la industria.
Comparto mis acciones elegantes para una moda sostenible:
1. Crear el guardarropa inteligente invirtiendo en calidad. Comprar menos pero elegir ropa de alta calidad que dure más tiempo. Esto reduce la cantidad de desechos textiles y la necesidad de reemplazo frecuente.
2. Ir de compras al propio clóset. Al estar al día con las tendencias de moda, se puede ir con nuevos ojos a utilizar las prendas que ya se tiene.
3. Intercambiar o pedir prestado a amigas vestidos.
4. Optar por buscar a las personas que recaudan fondos para buenas causas vendiendo sus prendas de lujo y buenas marcas o las que les han dado para ese objetivo. O ir a las tiendas de segunda mano o vintage. Esto reduce la demanda de producción nueva y les da una segunda vida a prendas existentes.
5. Elegir materiales sostenibles: preferir ropa hecha de materiales orgánicos, reciclados o de bajo impacto ambiental, como algodón orgánico, lino, cáñamo, seda orgánica, lana verdadera, bambú o poliéster reciclado.
6. Apoyar marcas éticas: investigar y apoyar marcas que practican la sostenibilidad y la responsabilidad social, asegurándose de que sus procesos de producción sean transparentes y éticos.
7. Reducir el consumo de agua: optar por prendas que requieren menos agua para su producción, como las hechas de materiales naturales y reciclados. Airear y cepillar la ropa para que no se tenga que lavar tanto ni enviar frecuentemente a la tintorería.
8. Reutilizar y reciclar: reparar ropa dañada en lugar de desecharla, y reciclar las prendas viejas que ya no se pueden usar.
9. Optar por moda atemporal: comprar ropa con diseños clásicos que no pasen de moda rápidamente, lo que permite usarlas durante más tiempo.
10. Moda DIY (Hazlo Tú Mismo): personalizar y modificar prendas existentes para darles un nuevo aspecto, fomentando la creatividad y prolongando su vida útil.
11. Reducir el transporte: Comprar localmente para reducir la huella de carbono asociada al transporte de ropa desde lugares lejanos.
12. Comprar ropa de segunda mano y regalar la que no se usa. Organizar o participar en eventos de intercambio de ropa de bebés de tallas pequeñas con amigos o comunidades para darle nueva vida a las prendas sin necesidad de comprar nuevas.
Estas acciones no solo ayudan a reducir el impacto ambiental de la moda que usemos, sino que también promueven un estilo de vida sostenible para darle una segunda oportunidad al planeta.
Columna de Opinión, La Prensa Gráfica, 14 de julio de 2024

