La imagen profesional ante el avance de IA generativa

Desde el momento de ocurrir la conmoción global por el impacto que causó la herramienta ChatGPT de OpenAI, estamos escuchando en cada evento al que asistimos (dentro del seno familiar y la oficina) el debate sobre las cosas buenas, malas y terroríficas de la AI (Artificial Intelligence) y GenAI (Generative Artificial Intelligence) [i]. De allí que la mayoría de las empresas, sus líderes y su gente se muestran cada vez más curiosos y predispuestos a probar esta tecnología para optimizar sus procesos, su cultura, la forma que lideran y la manera de ofrecer al cliente un servicio innovador que ofrezca experiencias inolvidables e ingresos sostenibles.

La IA generativa o inteligencia artificial generativa se refiere al “uso de la IA para crear contenido, como texto, imágenes, música, audio y videos. La IA generativa se basa en modelos fundacionales… que pueden realizar varias tareas a la vez y llevar a cabo tareas preconfiguradas, como resúmenes, preguntas y respuestas, clasificación, etcétera… La IA generativa procesa gran cantidad de contenido y ofrece información valiosa y respuestas mediante texto, imágenes y formatos fáciles de usar. La IA generativa se puede usar en las empresas para: -Mejorar las interacciones con los clientes a través de chats mejorados y experiencias de búsqueda. -Consultar enormes cantidades de datos sin estructurar a través de interfaces de conversación y resúmenes. -Ayudar con tareas repetitivas, como responder a solicitudes de propuestas, localizar contenido de marketing en cinco idiomas y comprobar el cumplimiento de los contratos con los clientes”. [ii]

Me parece que hoy más que nunca hemos de dar importancia a cómo se construye y cuida la reputación de una persona, una empresa, o de un país. Especialmente se ha de custodiar la presencia o imagen profesional porque ahora estamos ante la posibilidad terrorífica de que puede ser destruida irreparablemente usando las nuevas tecnologías por los riesgos que conlleva el posible mal empleo de sus variadas potencialidades. Como ejemplo de los desafíos éticos del uso inadecuado en internet de la Inteligencia Artificial, IA, en el campo de la manipulación de imágenes utilizando herramientas de tecnología sofisticada, les comentaba el caso que golpeó la imagen de Catherine, princesa de Gales y esposa del futuro rey de Inglaterra, William. Se puede encontrar en internet como un caso emblemático de pérdida de credibilidad de un personaje público que además afectó a la institución de la monarquía inglesa. El hecho surgió a la luz pública y se volvió escándalo cuando pocas horas después de que el palacio de Kensington distribuyó la foto, las agencias de noticias The Associated Press, Reuters y Agence France-Presse emitieron avisos instando a los medios a retirar la imagen [iii].

Efectivamente, la marca o branding personal es lo que la gente dice de nosotros cuando no estamos presentes en una habitación o en el ámbito laboral o en internet y redes sociales. Comienza por saber quién se es, cómo las perciben, cuáles son sus talentos, habilidades y valores; y significa tener la confianza para vivir plenamente conforme a su original e irrepetible valor esencial.

Así mismo, el branding profesional legítimo es descubrir en qué se es realmente bueno y perseguirlo con gusto hasta lograr construir el verdadero prestigio. Resulta de integrar la singularidad personal con el “superpoder” o campo de acción en que se es grandiosa, de tal forma que se desarrolle y crezca, ayudando a los demás en el camino hacia la excelencia, dando la milla extra.

El branding corporativo es alinear de la mejor manera el valor personal, talentos, habilidades, ética o principios de vida y prestigio profesional en el lugar de trabajo. Es llevar al máximo nivel el talento original e irrepetible personal integrándolo en un campo elegido de trabajo, para hacerlo de forma creativa y con compromiso diario en una organización. Conlleva gran satisfacción al realizarlo porque se está convencida de que se contribuye a hacer de este mundo un lugar mejor para todos los más vulnerables, junto al propio equipo de colegas y líderes [iv].

No importa en qué etapa se encuentre en su carrera o en su vida, cualquier pequeño retoque, algún ajuste fino y reflexión honesta puede ayudar a que se transmita confianza en que se está siendo fiel a quien en verdad se es, en la manera de ser original e irrepetible de cada persona, la cual está llamada a descubrir y ofrecer el “superpoder” o el talento especial en que sobresale, de tal forma que lo desarrolle y crezca, ayudándoles a los demás a crecer. Esa originalidad ha de ser cultivada para que la buena reputación se fortalezca y, llegado el momento, se pueda defender de ataques, falsificaciones o destrozos virales de la imagen profesional haciendo uso efectivo de las herramientas tecnológicas e inteligencia artificial.

Columna de Opinión, La Prensa Gráfica, 30 de junio de 2024

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