Debido a que la comunicación más efectiva entre personas es el lenguaje no verbal (entre 80 % y 93 % de seguridad al transmitir mensajes), parece adecuado conocer el impacto positivo de algunos gestos frecuentes que hacemos diariamente en orden a realizarlos con mayor consciencia para incrementar la conexión con quienes nos rodean, construyendo así una imagen de confianza.
Tomemos por ejemplo la acción de abrazar la cual es descrita en el texto de la RAE (Real Academia Española) como el gesto de ceñir con los brazos a alguien para mostrar afecto. Sin embargo, es evidente que no solo significa esto sino que es una forma de expresión o comunicación emocional del cariño; una manera silenciosa de decir “te amo” y “te quiero”.
Varios investigadores han recomendado la “abrazoterapia” como una manera de alcanzar la felicidad y salud integral al dar y recibir abrazos. Para que se lleve a cabo el efecto terapéutico estos han de tener al menos una duración entre 5 a 20 segundos, según los resultados investigativos del neuroeconomista Paul J. Zak.
De acuerdo con la psicología, existen varios tipos de abrazos según la cercanía y en orden a que sea apropiado darlo y recibirlo bien (12 beneficios de dar y recibir un abrazo – IEPP):
“Clásico: el que se da cuando dos personas se rodean con los brazos situando las cabezas una al lado de la otra. Es un abrazo íntimo.
Visual: es un gesto que no implica un gran contacto físico, porque se expresa cuando ambas personas están pegadas una frente a la otra y mantienen un contacto visual llenas de cariño e intimidad.
Entre compañeros/as: no tiene que existir mayor confianza o afinidad entre las personas para que se genere este tipo de abrazo, ya que se suele producir de manera simple con unas palmadas en la espalda.
Lateral: es un gesto de cercanía que no necesariamente conlleva demasiada intimidad. Se produce cuando rodeamos el hombro de la otra persona con uno de nuestros brazos para expresar distintos tipos de apoyo: reconfortar a la otra persona, simpatía, cariño, amor o ternura.
Distante: uno de los tipos de abrazos más comunes ya que se dan por un formalismo, lo que nos puede suponer una incomodidad o incluso una amenaza.
Violento: es un abrazo que se da con fuerza e intensidad y puede llegar a hacerle cierto daño a quien los recibe. Al igual que los abrazos distantes, los abrazos violentos son incómodos y amenazantes.
Protector: consiste en rodear a la persona con los brazos cuando el otro está de espaldas a nosotros. Este tipo de abrazos suele buscar expresar estabilidad, refugio, confianza y cuidado.
Con movimiento: como su nombre lo indica, es aquel que viene acompañado de gestos de movimiento y suele ser característico entre quienes llevan mucho tiempo sin verse por lo que pueden ser más efusivos.
Por la cintura: uno de los más comunes entre las parejas por su carácter romántico. Se da cuando se abrazan mutuamente por la cintura mientras se transmiten su cariño de una manera extra, que puede ser con miradas o besos.
Unilateral: surge cuando alguien realiza el gesto pero no recibe respuesta por parte de la que es abrazada”.
Abrazar a quien amamos es primordial ya que, aun sin ser un contacto íntimo no sexual, prepara y ayuda a fortalecer la relación matrimonial o de pareja, según un estudio publicado en la revista médica Journal of Social and Personal Relationships.
Es tan básico el abrazo humano que hasta puede salvarle la vida a un recién nacido prematuro según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda grandemente el abrazo para salvarle la vida a través del contacto inmediato de piel con piel con los bebés pequeños… Así mismo. otros especialistas señalan la importancia de la estimulación multisensorial en el desarrollo integral de los niños y niñas… auditiva, táctil, vestibular y visual para su capacidad de adaptación…
Empecemos a fortalecer la marca personal de confianza a través de sembrar seguridad y felicidad aumentando los abrazos a quienes amamos.
Columna de Opinión, La Prensa Gráfica, 7 de abril de 2024
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