En la actual Transformación Digital no basta tratar de dejar una huella impactante en los encuentros cara a cara con la gente, sino que demás hay que lograrlo en las plataformas digitales que se utilizan. Por lo tanto, el reto inevitable de siempre de un líder confiable de influir y mandar bien a su equipo se ha duplicado ahora porque este debe dirigir no solo en forma presencial sino virtual. ¿Cuáles son las claves para conseguirlo de la mejor manera?
Efectivamente, si profundizamos lo que está pasando globalmente, vislumbramos que por encima de la vorágine de cambios lo que sucede es más bien un cambio de época. El profesor de universidades austriacas Luis Cardona va más allá: «la revolución digital es mucho más que una revolución industrial. Se trata de una revolución sapiencial, como supuso el descubrimiento de la escritura… Por eso no abre solo un periodo, una época…, abre una Nueva Era: la III Era de la Historia… Lo propio de la revolución sapiencial es el analfabetismo. Y como el analfabetismo supone falta de control, genera miedo. Mucha gente hoy tiene miedo al futuro. Y quiere desfuturizarlo: impedirle de llegar a ser el que será…».
No es extraño, pues, que se vislumbre la necesidad de evolucionar en la manera de comunicarnos, tanto en el lenguaje no verbal (gestos, forma de presentarse físicamente, uso del vestuario, accesorios, colores, etcétera), como las formas tradicionales de hablar, escribir; o conducirse con profesionales provenientes de orígenes multiculturales y el modo interactuar con generaciones variadas, incluyendo aprender a trabajar, movilizándose naturalmente e indistintamente entre los ámbitos reales y virtuales…
Un sabio de nuestra época, el Dr. Leonardo Polo, filósofo e innovador pensador en clave de Antropología Trascendental, parece que se adelantó 100 años al describir esta Nueva Era. «En orden al conocimiento, nuestro momento no tiene nada de estelar; es más bien crepuscular. Estamos a punto de sumirnos en una especie de apagón mental. Si Dios no lo remedia, y, si nosotros no hacemos algo (y esto nos incumbe también a los filósofos), si los hombres no nos atrevemos a pensar en serio, podemos irnos a pique en un futuro próximo por (incapacidad) inepcia teórica» (Trabajo de investigación del Dr. Cardona).
Me parece que con esta explicación del contexto cultural se podrían dar dos claves para ser y tener una imagen más atractiva para influir mejor en la Nueva Era:
1. Pensar bien. Se lee fácil, pero usar la inteligencia de forma humana para pensar no se reduce al uso del cerebro: «La inteligencia es, no ya mecánica, sino viviente. La inteligencia no consiste en redes neuronales superveloces, sino que es una facultad viva. La persona no es velocidad de cálculo, sino que es espiritual. Dado que la retroalimentación cibernético-informática es control, la revolución digital puede llevar a una sociedad basada en el control cibernético. Si se entiende al ser humano como proceso biológico (inteligencia mecánica), entonces su futuro digital es un control completo, una cárcel: los grilletes del gran hermano. Cuando se entiende al ser humano como ser espiritual vivo, entonces su futuro digital es libertad trascendental. Por eso el ser humano no solo resuelve problemas, juega al ajedrez, sino que descubre oportunidades y genera alternativas; sabe hallar; es innovador; crea artefactos: la porra, la lanza, la jabalina, la flecha… hasta llegar a los universos virtuales… nuevas posibilidades culturales. Si se desea mantener la libertad como posesión de un futuro sostenible, es necesario que la realidad virtual sea sencillamente un artefacto y no, como se ha dicho, los grilletes del gran hermano. Esto significa que su ser tiene que ser fundamentado en el presente por un ser humano que cuenta con Dios. Porque los artefactos digitales exigen una altura moral muy elevada…»
2. Pensar lo que realmente se quiere. Solo teniendo respuesta a esta pregunta se podrá luego manifestarse e influir de manera atractiva con la Marca Personal y Escritura Virtual. No hay viaje más difícil que ir a buscar respuesta a la propia intimidad. El Dr. Polo señala que en lo más hondo del espíritu o corazón humano está lo que somos verdaderamente, donde se ama, conoce y se es libre. Aquí está la máxima verdad humana: la inigualable, original e irrepetible dignidad de cada uno. Si logra ver la certeza de su inmenso valor, descubriendo que su vida le ha sido dada por Alguien que lo ama infinitamente y sin juzgar, habiéndole creado para amar y ser amado… Solo así podrá aceptarse como regalo para el mundo, haciendo posible que desee ser la mejor versión de sí mismo, buscando aceptar a los demás como otros regalos originales y valiosos. Se podrá revelar, manifestar a los demás el propio valor y los sueños luego de intuir nuevas y atractivas maneras de comunicarse sin perder el atractivo original de la esencia personal.
Columna de Opinión, La Prensa Gráfica, 24 de octubre de 2023.

