Al hablar de ser feliz nos estamos refiriendo en el fondo a buscar y encontrar lo que da sentido a la existencia. Esto significa tratar de vivir con humanidad, empatía, deseos de servir, amabilidad y calidez para tratar con respeto y dignidad a cada persona.
Y no es diferente cuando se trata de ser un mejor líder para su equipo en el caso de quienes quieren aprender a dirigir mejor. Me gustaría por eso proponer que la marca personal de quien ejerce un liderazgo tal como se necesita ahora en la sociedad y en las organizaciones ha de buscar tener un gran corazón sin dejar de tener fortaleza por ello fortaleza en el mando, para lo cual resulta esencial ayudar a construir una cultura interna que permita que las personas busquen y encuentren la felicidad.
El filósofo y antropólogo Leonardo Polo ha señalado que, si bien es cierto que a la gente se la conoce al tratarla y por su experiencia en lo que hace ya que cada uno es distinto, sin embargo, «si uno no sabe cómo está conformada la intimidad personal humana, difícilmente podrá advertir en la práctica sus diversas dimensiones en cada quien. De aquí que, a quien tiene asignadas bajo su cargo pluralidad de personas, le es recomendable dos aprendizajes referidos a las personas: uno teórico y otro práctico, los cuales suelen brillar por su ausencia en las empresas… Un directivo no debe estropear a quienes dirige, porque liderar implica esencialmente hacer crecer a otros, sacar la mejor versión de ellos». (Leonardo Polo, libros: Antropología de la acción directiva; y La acción de gobierno. Revista Studia Poliana; Antropología de la acción directiva, ayudar a crecer)
Tratar de conocer el núcleo íntimo de otra persona significa buscar conocer qué le hace sufrir y qué le hace feliz ya que es en el corazón donde está la cuna de las emociones más profundas. Este esfuerzo por comunicarse y conocer a quienes se lidera reviste importancia porque todas las relaciones interpersonales involucran actuaciones que generan emociones y, a su vez, esas emociones producen nuevas acciones, indistintamente sean parte de la familia o del equipo de colaboradores.
Buscar qué hay en el interior personal permite descubrir a tiempo el «dolor de muelas en el corazón» de los demás y en el propio. La frase fue acuñada por el poeta alemán Heinrich Heine, pero quien la divulgó fue Ortega y Gasset. Me parece que la hermosa frase se aplica a lo que ocurre actualmente por las consecuencias en la salud mental en la crisis sanitaria global por el encierro y vuelta a la apertura ya que la gente todavía se encuentra mal afectivamente, sin darse cuenta de esto.
Quisiera compartir algunas frases de sabiduría sobre el corazón para ayudar a buscar y conocer el propio corazón asi como el de quienes tenemos alrededor:
Dietrich Von Hildebrand, pensador alemán: «Es el corazón quien experimenta la felicidad, no el entendimiento ni la voluntad».»Tener un corazón capaz de amar, de afligirse y conmoverse, es la característica más específica de la naturaleza humana». «Una felicidad solamente pensada o querida no es felicidad. Esta se da en una experiencia afectiva». «En la naturaleza humana, el corazón ocupa un lugar de igual categoría que la voluntad y el entendimiento». «La depresión o el mal humor pierden parte de su fuerza si nos damos cuenta de que son resultado de procesos corporales». «El tullido afectivamente hablando nunca es verdaderamente objetivo». «Cuando se respeta la interacción querida por Dios entre intelecto, voluntad y corazón, la afectividad nunca es demasiado intensa». «La plenitud de un hombre depende en gran medida de su capacidad afectiva». «Es en el corazón donde encontramos el secreto de una persona y donde se pronuncia su palabra más íntima». «Los concupiscentes están excluidos del amor, porque este siempre requiere la donación del propio corazón». «El cinismo silencia o endurece inevitablemente el corazón». «El amante quiere verter su amor en el corazón del amado, quiere tocar su corazón y llenarlo de felicidad». «Aunque haya voluntad buena y generosa, no poseemos realmente al amado si no poseemos su corazón».
«‘Simón, ¿me amas?’ Cristo busca nuestro amor; no solo quiere ser obedecido sino también amado»(p.196). «Al hombre cuyo corazón ha sido transformado por Cristo pueden aplicarse plenamente las palabras de San Agustín: Ama y haz lo que quieras».
San Agustín: «Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti». «En mi corazón soy lo que soy». «Cuando nuestro corazón se levanta a Dios, se hace su altar». «El frío de la caridad es el silencio del corazón, y el fuego del amor, el clamor del corazón».
Ezequiel 36:26 «…Pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne».
Mateo 5:8 «Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios».
Jesús, en Mateo 11:29-30: «Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera».
Columna de Opinión, La Prensa Gráfica, 19 de junio de 2023

